Bienvenidos a Tokio
1 de Mayo
Desde Kioto
llegamos a Tokio Station y de ahí
tren a Ueno y otro tranvía por la Ginza Line a Asakusa, barrio donde teníamos reservado nuestro hostel. Al principio entender el sistema de transporte es complicado, pero
una vez que se agarra la mano es buenísimo. La calle donde nos bajamos era un despelote, se llama Kaminarimon y es
una de las principales de Asakusa. Llegamos a las 15 horas y estaba llena la
calle de gente, una travesía recorrerla las pocas cuadras que nos separaban del
hostel con las valijas, por un callejón paralelo
al río Sumida. Bajamos por la calle Kuramae, otra importante que cruza Kaminarimon y es paralela al
callejón.
Como ya era medio tarde decidimos ir hasta la Tokyo Tower. Nos tomamos otro tranvía y antes de llegar a la torre, pasamos por delante del Zozoji temple, lo miramos desde afuera, estaba bastante lindo sus
alrededores. A unas cuadras de ahí la torre, en realidad es como una
antena de televisión gigante con 2 observatorios, uno a 150 y otro a 250. Mide
333 metros (la Eiffel 320m) y está hecha de acero. Como estamos de vacaciones japonesas tuvimos la
“desgracia” de que estuviera lleno de japoneses por todos lados! Lo bueno es
que fuimos de tardecita entonces pudimos ver la ciudad de día y luego de noche.
La ciudad es un espectáculo, es enorme y desde el
mirador de 150 (para subir al otro había cola de 1 hora) se veían todos los
rascacielos en una visión de 360 grados. Cuando se
hizo la noche, Tokio es espeluznante,
realmente es una jungla urbana con sus 34 millones de habitantes y pensar que
todo esto se armó en 50 años después de la guerra, ya que con los bombardeos había
quedado bastante lastimosa después de caído el imperio.
Luego volvimos para el hostel y recorrimos Kaminarimon de noche, ya no había mucha gente pero está llena de comercios, luces, y para los adentros se abren pila de calles estilo feria y mercados para comer.
2 de Mayo
De mañana fuimos al barrio de Akihabara (cada barrio uno podría
estar un día entero) que es conocido por ser el barrio de la tecnología electrónica y
también el centro de la subcultura japonesa de otaku (geeks) del anime y manga.
La calle principal parece una fantasía de colores, posters de animes, chicas
vestidas como anime, tiendas de 7 pisos de electrónica, mucho color, mucha
gente joven.
Luego fuimos al Palacio Imperial en el centro de la ciudad que en realidad es un
jardín imperial enorme, la zona con grandes bancos y edificios con porte, el palacio no se llega
a ver así que arrancamos para nuestro próximo destino.
En el hostel nos habían regalado un shot de
“sake” si íbamos a un barcito que estaba cruzando el rió. EL sake no me gusto mucho, es destilado de arroz y me pareció como
una mezcla entre vino blanco y caña demasiado fuerte. Ya a las 12 cerraba el
pub así que terminamos la noche.
3 de mayo
Hoy fuimos a Ueno, es un parque con un par de museos y un zoológico. La verdad que no estaba muy bueno, primero porque lleno de gente, por lo que no daban muchas ganas de entrar a los museos, y segundo porque no tenia gran cosa. Lo que si estuvo divertido fue ver una manifestación de unas camionetas negras que tenían la bandera japonesa de la segunda guerra (el sol con las rayitas). Aparentemente estaba habiendo conflicto entre los imperialistas y los anti-imperialistas. Habían policías corriendo de un lado a otro, inclusive en los metros había carteles de alerta por si encontrábamos algún bolso sospechoso.
Hoy fuimos a Ueno, es un parque con un par de museos y un zoológico. La verdad que no estaba muy bueno, primero porque lleno de gente, por lo que no daban muchas ganas de entrar a los museos, y segundo porque no tenia gran cosa. Lo que si estuvo divertido fue ver una manifestación de unas camionetas negras que tenían la bandera japonesa de la segunda guerra (el sol con las rayitas). Aparentemente estaba habiendo conflicto entre los imperialistas y los anti-imperialistas. Habían policías corriendo de un lado a otro, inclusive en los metros había carteles de alerta por si encontrábamos algún bolso sospechoso.
Después fuimos a ver el Hotel Imperial en el barrio de Hibiya que es el que hizo originalmente Frank Lloyd Wright. Parece que después
tuvieron que remodelarlo y ahora de afuera no te llama tanto la atención. La zona muy top también, el hotel muy glam,
entramos y estuvimos rato para ver como llegar al lobby porque era
como un shopping subterráneo con tiendas y restaurantes totalmente
inaccesibles. El hotel esta frente al parque y es muy lindo.
Shibuya: Otro barrio típico de Japón que te deja sin
palabras, aparentemente es el centro de la cultura joven con calles con
pantallas gigantes que muestran videos comerciales, mucha música, tiendas de
ropa y zapatillas (tienen tantos modelos coloridos) y la atracción principal es el Shibuya
Crossing. Es el cruce de 6 calles y cada tres minutos cuando se ponen
todas verdes es un mar de gente caminando por todas direcciones, es una locura
cruzarlo y luego mirarlo desde arriba, es la intersección mas ocupada del
mundo.
Nos quedamos casi toda la tarde recorriendo Shibuya e inclusive entramos
un rato a los famosos pachinkos que son una especie de casinos con un juego
muy particular pero lo más extraño es el ruido estridente que hay adentro y las
luces de las maquinas, salís loco de ahí adentro.
Una cosa que me sorprende de Japón es que son
tan limpios y pulcros para todo. Hay dos
tipos de baños: Japenese way y Western way, los baños originales japoneses son en el suelo una especie de taza que es incomodísimo. Por suerte
ahora en la mayoría de los lugares son los WC tecnológicos con asiento
calentito y bidet incorporado, comodísimos.
En fin Japón es una locura, muy recomendable.